Saturday, June 29

El grupo de israelís árabes que no entendian ni papa en inglés

Ya ha pasado más de una semana desde la última vez que escribi y tengo mucho que contar.

El fin de semana pasado fue deprimentemente aburrido, a pesar de que aprendí HTML y css . De nuevo, al igual que el año pasado, me ha picado el gusanillo de conocer el funcionamiento de la programación web. Esta vez el detonante de mi interés han sido mis compañeros de trabajo, geeks menores de edad y curtidos en las artes de programación. Pero bueno, fue un fin de semana aburrido igualmente.

La semana laboral ha sido bastante más movidita. El martes tarde salimos hacia Maidston dónde nos quedaríamos durante los siguientes tres días . El encargo era realizar 3 workshops a un grupo de 25 estudiantes israelís, de la minoría árabe, de edades comprendidas entre los 11 y 15 años. Los workshops en cuestión eran hacer una pistola laser, un robotito y un cohete de juguete. Pues bien, las pasamos canutas para lograrlo. Básicamente porque los niños no sabían casi nada ingles.



Personalmente considero un éxito notable lograr que todos tuviesen su pistolita laser en funcionamiento, tras todos los osbtáculos encontrados en el camino. Para que os hagáis una idea os muestro a continuación unas fotos:


Los niños tenian que soldar con estaño alrededor de 20 componentes a una circuito electrónico, la placa verde que se observa en las imágees. Como ejemplo en la foto podemos ver que  el elemento circular de la parte superior no se encuentra conectado correctamente (el símbolo + está ahí para algo). Por otra parte, los leds de la derecha tienen unos preciosos muntículos de estaño, los cuales generan un multiple y rotundísimo cortocircuito. Lo sé, son niños y no tienen ni idea, pero a veces uno se olvida de esto cuando tiene que reparar aproximada 25 placas con piezas conectadas en el sentido erróneo. Simplemente, esta parte del workshop fue un auténtico coñazo.  

La parte buena fue cuando los chiquillos, después de 8 horas de trabajo, con sus pistolitas personalizadas y perfectamente funcionando se desahogaron jugando en el parking del Youth Hostel, gritando y enloquecidos utilizando sus maravillosas pistolitas que habían "fabricado" con sus propias manos. 

He de decir que a pesar de que ha sido duro, básicamente por la dificultad de explicarles a los niños las instrucciones, he disfrutado mucho estos días. Los niños enseguida te toman confianza y a pesar de las mofas a mi costa en árabe y en mi cara, eran muy guasones y me tenían cierta simpatía. Cuando los vi jugando salvajemente y emocionadísimos con una botella de Coca-Cola , lanzándola al aire y esperando una explosión al aterrizar , recordé la ignorancia feliz de la infancia y todos esos momentos llenos de intensidad por el simple hecho de interpretar las cosas desde la perspectiva de la alegría y el momento. Por ese regalo les estoy agradecido a los niños y a partir de entonces me cayeron mejor. Otro momentazo fue gracias a que nos hospedábamos en el mismo hostal que el grupo de niños y pude disfrutar de los penaltis en la semifinal España-Italia junto a estos pequeños fanáticos del futbol español. 

Ya estamos en fin de semana, y con toda la tarde libre de hoy he decidido aprovecharla para llegar más lejos de lo habitual en mi sesión de running. Cuando volvía arrastras, deshidratado y con las piernas haciéndome gancho, me he percatado de que se me ha ido la pinza haciendo un recorrido tan bestia. Al menos puedo decir que he estado en Hollywood  y solo vosotros sabréis que se trata de un bosque cercano a mi casa. 

  



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