Durante 5 días he sido profesor de programación/robótica
básica para niños. Si algún día vuelvo a ser niño prometo portarme mejor cuando
esté en clase…
Sin tener ni idea de dar clases preparé un conjunto de
ejercicios, bien explicados y con un sistema que permitía a cada uno ir a su
ritmo. Este sistema se derrumbó a la
segunda sesión, por el peso del aburrimiento de los niños. Fue entonces cuando tuve que improvisar…y creo
que por muy mal que se me diera, fue mejor que seguir con el guión de ejercicios
que tenia preparado.
Con diez años no debe ser fácil entender un bucle condicionado.
En cambio a los 11 parece que no resulta tan complicado comprender el concepto
y tratar de entenderlo. Lo que si se cumple en todas las edades es que lo que se
lee o se escucha se olvida pero lo que se hace se entiende. He llegado a la
conclusión de que debo focalizar mis esfuerzos en motivar a los niños a
investigar por ellos mismos. Una buena introducción teatralizada, preguntarles
y hacerles participar en el teatro, animarlos a modificar el programa e
introducir sus propias mejoras…son pequeñas acciones que sirven para mantenerlos
conectados al objetivo de la clase.
Por suerte se trata de grupos relativamente pequeños,
aproximadamente diez, lo cual me permite darles rienda suelta y dejarles jugar
y entretenerse con el robotito a sus anchas. En un grupo más numeroso ya no creo que sea fácil dirigir los juegos de
los niños hacia el campo a explorar objetivo del curso. La próxima semana
también haré de profesor, aunque con la experiencia de esta semana y con la
mitad de niños, seguro que será mucho más sencillo mantenerlos interesados en
aprender…
Con la próxima semana ya termina el Techcamp, el evento del
año de la empresa en que trabajo, y por tanto empieza un ciclo nuevo. Yo, tras
casi 3 meses aquí estoy echando de menos la playa, la comida y la gente de mi
tierra. Esta sema será diferente porque
a pesar de que es muy intenso trabajar con niños los días pero los días pasan
rápido. A partir de entonces solo dos
semanas me separan del sol y la buena vida. Ya queda menos…