Genial acogida de un autóctono de la urbe, céntrico hotel y una guía excelente como acompañante. ¿Qué más se le puede pedir a esta fugaz visita a la
capital británica? Pues …una bicicleta.
Pasear el equipaje por calles abarrotadas de turistas,
fingir que no pasa nada, que no te molesta y seguir arrastrando…pararte a tomar
cervezas pero sin perder contacto físico con tu maleta para evitar el robo, como si llevases oro en lugar
ropa. Es algo que me sucedió en Londres , que ya me había pasado y que mucho me
temo puede volver a suceder. Por suerte, al rato, al fin pudimos disfrutar de la ciudad a dos manos!:
Un viaje lleno de descubrimientos gastronómicos low cost:
bocata de filete de ternera muy muy tierna con chimichurri, qué bo!! .Hamburguesa
Fried Chicken , por un pound arrasan en sabor y calidad. Y los Bagel, bocata con un jamon cocido similar al de las lentejas de Mami, to' pa mi!! . Esa noche tocó cerveceo en un pub ingles. Desde aquí, gracias primos y amigos de
primos por ser tan majos y acogernos tan bien.
Gracias a mi guía particular no perdí el tiempo en la city y
visité los lugares que cualquier turista que se precie debe visitar. Momento clave fue la cena
en el canal de Camdem Town, gente joven de copas y disfrutando del sol de la tarde,
muy buen rollo. Visita obligada al Big Ben y parlamento que con su asimetría me molestan .Cruzar el
Tamesis por el Tower Bridge que es majestuoso y contundente. Buscar y encontrar
el Tate Museum: feo de lejos,
espectacular e imponente de cerca. Pasear por Regent Street y disfrutar de esta delicatesen
arquitectónica para mis sentidos.
Por desgracia la cita prevista para probar y comprar la
bicicleta no tuvo lugar ya que el propietario de la bicicleta ( un geta y desgraciao) se la vendió a otro interesado justo antes de mi visita. La verdad es que me llevé un buen chasco
cuando me lo dijo y me costó un poco recuperarme: tenía muchas ganas de volver
a casa con la bici y tener alguna otra actividad que realizar por la tarde, a parte de correr. Ya se me ha pasado, aunque ahora ya me urge
más y puede que pronto me compre una nueva de tienda.
Lo importante de estos días de vacaciones no han sido ni los
días libres, ni la visita Londinense, ni siquiera la bicicleta era tan importante
como recargarme las pilas de amorsito y ñoñerismo. He disfrutado mucho compartiendo
con ella desayunos continentales ( algunos accidentalmente “ by the face”) ,
atardeceres de cigarrito y vinos frente a la panorámica del Tamesis, cenas
picantes en el Soho y bufets con trampas en Camdem Town… y gracias a que
mientras pasábamos por un barrio molón nos imaginábamos viviendo en
alguna de esas casitas o por Hyde Park paseando nuestro beagle, no me ha
costado pillarle el gustillo a la ciudad y tener ganas de vivir en ella en un
futuro próximo.
like it perico!!! lol
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